3. Unos cuantos piquetitos a la sirena

Performance realizada el 10 de Septiembre de 2011 en el segundo piso del IUNA (Sede B. Mitre)

Descripción espacial.
Mi performance se desarrollaba en una instalación. La misma era un dibujo en el suelo de mi útero faltante. En el centro del mismo acomodé 8 paneles para formar un cubo cerrado de cuyos laterales el público podía espiarme.
En el exterior de cada panel había el dibujo de la espalda de un marinero, dando la ilusión que yo estaba rodeada por marineros que estaba todos mirándome. En la espalda de cada uno estaba escrito un nombre y una fecha.
Del lado interno habían en cada panel una cartulina celeste que se mantenía enrollada. Al centro del cubo había un cenicero alto donde reposaban varios globos y del cual yo ESTABA ATADA mediante una soga.
En donde estaría el ovario derecho había un guardapolvo azul de mi infancia y una muñeca barbie-sirena. En el ovario izquierdo estaba mi medicación hormonal y una jeringa con restos de mi sangre representativa como mi menstruacion del proyecto Nunca Serás Mujer.

Acción preparativa.
La gente se fue acercando, yo estaba dentro del cubo cerrado trabajando en el primer panel, atada al centro de globos. Siempre tarareando una canción como si fuese una sirena tratando de atraer a cada marinero.
En el lado interno del panel develaba el cartel donde estaba la historia de cada uno, yo completaba la historia con un marcado rojo, las palabras faltantes eran posiblemente las mas importantes y dolorosas.
Cada vez que terminaba con un panel, lo daba vuelta, enseñando al mundo la historia tan íntima y quedandome con el marinero dandome la espalda. Frente al abandono continuaba con el siguiente panel y volvía a repetirlo con los paneles restantes, siempre manteniendo mi canto en sintonía con mi sentir, y manteniendo un hilo conductor cronológico respecto a todos los hombres que de alguna manera marcaron mi cuerpo.

Primer panel / Marinero: el Sr. H.
En el inicio de la performance visto ropa masculina.
En la historia del Sr. H hablo de lo muy enamorada que estaba de él, que él era mi jefe, y que para conservar mi trabajo y continuar viéndolo, tuve que travestirme de hombre al punto de fajar mis pechos con cinta. "Al renunciar, renuncié a él" es el último enunciado.
Doy vuelta el primer panel y mientras el público lee la información recién dada, y yo frente la espalda de mi amado Sr H, me quito la ropa de hombre y la cuelgo sobre el panel.

Marinero en el Panel 2: el Joven Q. (Primera parte)
Debajo de ese disfraz de hombre yo estaba vestida con mi propia ropa, y ya vestida como en realidad soy me encontré cara a cara con el siguiente marinero, un fotógrafo que conocí la misma semana que perdi al Sr H.
 En la historia cuento que un día le convencí de cerrar los ojos y llené la cara con marca de besos. Tomo mi lápiz labial y repito la acción frente una representación de su rostro.
Luego en el cartel está descripto un diálogo donde le pregunto porqué cree que no le besé la boca cuando podría haberlo hecho, y explico que mi primer beso quería que fuese algo deseado por los dos. Después explico que el Joven Q desaparece, me entero que fue internado de urgencia y quedamos en vernos cuando se recupere. Vuelvo entonces a girar el papel y encontrarme con su espalda. Paso al siguiente marinero.

Marinero en el Panel 3: el Caso N.
Dejo de cantar un momento y escupo el cartel. Retomo el cántico mientras giro el panel para encontrarme con su espalda y continuar con el siguiente marinero.

Marinero en el Panel 4: el Joven Q. (Segunda parte)
Me encuentro nuevamente enfrentada al Joven Q, quien al recuperarse arregla de vernos un viernes para darnos tan postergado beso. Cuento también que el lunes haría una performance donde estaría en corpiño y que nunca antes nadie me vio en ropa interior desde que me crecieron los pechos. Cuento que quería que él fuese el primero en verme así. Me quito la remera y la cuelgo sobre el panel quedandome en corpiño.
Continúo escribiendo las palabras que faltan: él no apareció, yo me preocupé, transcribo un rezo: "Por favor, prefiero que no me quiera a que nuevamente algo le haya sucedido a su salud". Cuento que no creo en Dios pero que Dios me oye. Joven Q me dejó plantada y fueron 300 desconocidos los primeros en verme en ropa interior. Junto a un dibujo donde estoy ante estos ojos escribo mi sensación "Me siento abandonada" y la subrayo con el marcador rojo. Doy vuelta el panel, ya angustiada voy al encuentro con el siguiente marinero.

Marinero del Panel 5: el Niño P.
Sobre el panel cuelga un vestido tal si este marinerito lo cargase sobre su hombro. Sin detener mi canto y con ayuda del marcador cuento que él era artista, que lo conocí en Mar del Plata y que me alojó en su casa varios días. También digo en el cartel que le hice acabar varias veces y que nos despedimos como si nada. Luego nos extrañamos y volví a viajar hacia él para que finalmente me rechace bajo su discurso de deseo por ser padre.
Me pongo el vestido como si fuese una minifalda sobre el pantalón. Continúo. Cuento que el día siguiente me beso con una chica por la mañana, un chico por la tarde y que a la noche decido entregarle mi virginidad al mismo hombre que me rechaza por no poder quedar embarazada. Cuento que nos despedimos esa misma noche y para siempre.
Doy vuelta el panel, frente la espalda del Niño P me quito los pantalones y ya empiezo a estar agotada del cántico, para encontrarme con el siguiente panel, único panel ocupado por tres marineros.

Marineros del Panel 6: el Prisma M, el Chico B y el manosanta.
El cartel cuenta que ellos eran compañeros de la facultad, que el primero me gustaba pero me rechazó. El tercero me acosó sexualmente a la salida del subte. Prisma M me histeriqueó y yo decidí organizarle un cumpleaños sorpresa. Chico B era nuestro amigo y - consciente del acoso - repite el mismo sobre mi cuerpo. En venganza lo mordí hasta sangrar, en este cartel mi cántico empieza a ser más violento en cada palabra roja. Avergonzada le pido disculpas y él me confiesa que eso le calentó, que cuando llegó a su casa se masturbó y acabó como nunca antes. Me entero que Prisma M desmiente nuestra historia a mis espaldas y aún así no cancelo su fiesta.
 Escribo: "Me siento una puta (de las tristes)" y doy vuelta el cartel.

Marinero del Panel 7: el Joven Q. (Tercera parte)
Tercera y útlima vez que me encuentro frente al Joven Q. Empiezo a entonar en el tarareo la canción de feliz cumpleaños. Cuento en el cartel que mientras cantaba el feliz cumpleaños a una persona que no me apreciaba reaparece el Joven Q con mensajes en el celular.
"Porqué te acordas de mí justo ahora que te estaba olvidando?"
Él responde "Hoy me masturbé pensando en vos".
Empiezo a cantar el feliz cumpleaños mientras el cartel devela que lloré como nunca antes, que ya no quería salir de la casa ni relacionarme con ningún hombre. Los hombres me generaban rechazo, y en rojo agrego "Incluso mi padre".
Cuando termino de girar el cartel termino de cantar el feliz cumpleaños y hago silencio. Doy una vuelta, miro las espaldas de todos los marineros, solo me falta uno para quedar totalmente encerrada de abandono.

Último panel / Marinero: Mi Diego
En la espalda del marinero dice "Mi Diego" - clara apología a los "Unos cuantos piquetitos" de Frida Kahlo. - pero en la cartulina del lado interno "Mi" aparece tachado.
Retomo el tarareo inicial ya sin fuerzas. Cuento en el cartel que nos conociamos de antes, que el enviudó, su mujer murió de cáncer. Yo no creía en nadie. Sorprendidamente ambos nos enamoramos. En nuestra primera vez yo sangro y él acaba dentro mío. Hay una imagen de la mancha en la sábana. Luego dice en el cartel que él me dejó y no me dejó. Dice: "Me dice que necesita estar con mujeres y que yo soy una mujer especial, es decir, me dijo que quiere fornicar con mujeres que no fueran especiales". Ya en este punto casi no puedo sostener el cántico del ahogamiento. Cuento que él vuelve a mí, pero yo me niego a fornicar y me deja ese mismo día.

La sirena no puede más: El fin.
Luego de completar el cartel sobre Mi Diego, me falta escribir algo, pero comienzo a girar el panel hacia afuera y salgo con el panel. Cierro el cubo y por primera vez me quedo del lado de afuera, ya no canto. Escribo la frase final en la cartulina bajo la frase de "me deja ese mismo día", escribo con rojo: "Ese mismo día comienza esta jornada performática con Therika Mayoral". Tiro el marcador al piso, me alejo del cartel un poco y puedo observar desde esa distancia esta última historia junto al primer panel donde está la historia del Sr H.
Me quito la minifalda, debajo no llevo nada más. La cuerda que estaba atada a mi cintura ahora se revela que pasa por debajo de mis genitales masculinos y los eleva. Doy la espalda a todos los marineros y bajo por el ducto vaginal que conduce a unas escaleras que a su vez conducen a un piso inferior.

Cuando comienzo a bajar la soga se tenza y arrastra los globos y al cenicero que se desploma y sorpresivamente vuelca agua sucia. El agua baja por el ducto vaginal tras mí, yo sigo tironeando hasta que el círculo de marineros se rompe con mi salida y yo finalmente me libero.